Los básicos de la PF y defender el juego directo #5
Principios de la periodización del entrenamiento
Principio de la sobrecarga progresiva
Todo cambio drástico en el rendimiento deportivo requiere un largo periodo de entrenamiento y adaptación. De la misma manera en que el organismo del deportista reacciona fisiológicamente, el sistema nervioso, sus funciones coordinativas y la adaptación psicológica para lidiar con los nuevos estresores avanzan gradualmente (Bompa, T. & Buzzichelli, C., 2015).
Principio de la variedad
El volumen y la intensidad del entrenamiento están en constante variación y los ejercicios se repiten numerosas veces.
La monotonía y el aburrimiento que puede provocar todo este trabajo de entrenamiento se convierten obstáculos en la motivación. A todo esto, hay que agregar que se considera que realizar los mismos ejercicios a la misma intensidad y volumen durante periodos de larga duración puede generar lesiones por sobreuso (Kraemer, W. J. y Fleck, S., 2007).
Principio de la individualidad
Cada deportista es único e irrepetible y, como tal, debe ser tratado acorde a sus habilidades, su potencial y su entorno. A menudo los entrenadores intentan aplicar los programas de entrenamientos de otros deportistas de élite en sus jugadores y olvidan las necesidades, la experiencia y las características de sus propios deportistas; o incluso peor, insertan en los programas de jugadores jóvenes planes de entrenamiento de otros jugadores consagrados con una trayectoria mucho más extensa.
Sin embargo, inclusive jugadores con un potencial similar de rendimiento pueden tener diferentes capacidades para tolerar el entrenamiento.
Principio de la especificidad
Para ser efectivo, el entrenamiento debe proveer adaptaciones específicas al deporte que se practique sin dejar de tener en cuenta que mientras más específico es el estímulo, mayor es la carga sobre el sistema músculo-esquelético y, por ello, más atención se deberá prestar sobre el volumen, la intensidad y la recuperación de estos estímulos.
Conceptos para defender el juego directo
Un pase largo y el rival, de repente, pasa directamente a través de la defensa y se queda solo contra el portero. Este es un dolor de cabeza habitual para cualquier entrenador, cuando juega contra un equipo que plantea el juego directo.
Esta situación se da muy a menudo en el fútbol base y, de hecho, también en el más alto nivel. El juego posicional requiere un complejo entendimiento del juego y por momentos, según el nivel, es realmente difícil de practicar y peligroso de cara a perder balones en posiciones
Pero, un pase largo y un corredor al espacio se consigue fácilmente por cualquier equipo. Una táctica de ataque muy simple, pero eficaz. Sin embargo, ¿Cuántas veces vemos que se marcan goles con esta táctica? Muchas.
Entonces, ¿Cómo podemos entrenar a nuestros jugadores para minimizar este riesgo en un partido?
Ejercer presión sobre la primera línea, ya que comúnmente es el origen del balón largo que más problemas da a la defensa. Si el equipo defiende con una primera línea alta pero no ejerce presión al rival, está continuamente expuesta al balón largo.
Cuando un jugador de primera o segunda línea rival conduce sin presión y otro jugador rival lanza un desmarque a la espalda de la defensa; la línea defensiva de nuestro equipo debe recular achicando cerca de la portería para evitar el balón filtrado a la espalda o el golpeo largo.
Si se produce el golpeo hacia un jugador objetivo, uno de nuestros defensores debe ir a la disputa mientras que el resto siempre deben asegurar por detrás la posible caída de peinada o segundo balón que ataque un jugador rival al espacio.
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